perdí mi chaleco favorito por ir queriendo no perderlo todo
y en el trayecto de arriba a abajo las calles se abrieron imposibles
con todos sus ecos y palpitaciones
con sus interminables
desesperantes
historias ajenas pegoteándose en mi cara
y este pecho errante se fue apretando
más y más
y haciéndose viejo
quiso pasar inadvertido
frente al duelo de los años
unos contra otros
enfundados en sus anchas capas azules
y los adoquines rieron
y cada paso dolió más.
Perdí mi chaleco favorito
que usé tan pocas veces
sobretodo nunca contigo
no tengo más que ofrecer
mis pocas palabras sueltas
mi delirio modesto
mi salada exageración.
Quien lo encuentre póngaselo harto
abrigue las escapadas mentales
abotónelo con precaución.
y en el trayecto de arriba a abajo las calles se abrieron imposibles
con todos sus ecos y palpitaciones
con sus interminables
desesperantes
historias ajenas pegoteándose en mi cara
y este pecho errante se fue apretando
más y más
y haciéndose viejo
quiso pasar inadvertido
frente al duelo de los años
unos contra otros
enfundados en sus anchas capas azules
y los adoquines rieron
y cada paso dolió más.
Perdí mi chaleco favorito
que usé tan pocas veces
sobretodo nunca contigo
no tengo más que ofrecer
mis pocas palabras sueltas
mi delirio modesto
mi salada exageración.
Quien lo encuentre póngaselo harto
abrigue las escapadas mentales
abotónelo con precaución.
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