24.4.10

Estaba rica la sopa

No, gracias. Quedé bien.

Salí del comedor y llegué a la calle, paseé por entre medio de las personas, miré los diarios. Un perro me siguió media cuadra y luego me abandonó por un basurero repleto de restos deliciosos, para él. Llegué a la estación y estaba repleta. NO me gusta rozarme con desconocidos, la mayoría son feos. Salí de la estación y caminé, caminé, caminé. El mar estaba azul como siempre, con el cielo echado encima, azul como siempre. Las micros me tocaban la bocina, seduciéndome. pero no les hice caso. Seguí caminando y me decía, -esto es para mí, para nadie más-. El sol ya se había ido hace rato.

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