A veces uno se encuentra, se ve y se abraza como si nunca se hubiera visto antes en la vida.
Como si el espejo lleno de vapor en el baño, después de cada ducha, cada mañana, cada día, fuera una metáfora silenciosa; uno le pasa la palma de la mano para lograr verse, pero es apenas un vistazo... pero algunas contadas veces, uno se ve, se mira y se abraza... pero después se olvida uno de uno mismo.
Las vitrinas caminan en estas calles delante de mí, así como los árboles; la vereda pasa por debajo de mis pies como una interminable cinta gris, tan solo el cielo me acompaña, quieto. Y miro mi cara, mi cuerpo entero reflejado en fugaces superficies brillantes, pero nosé quién es aquella persona que mira al vacío, pues ciertamente, no me está mirando a mí, no me corresponde en ternura, no me devuelve el cariño. Y me pregunto, para qué uno se busca en superficies inertes, cuando uno ni siquiera está en minúsula presencia ahí. Y es cierto, porque lo he sentido. Me he visto unidimensinal en esas paredes transparentes, y tan extraña y lejana me he parecido. Tan lejana a como me imagino. No son esos mis ojos, ni mis piernas, ni mis manos. No es esa mi expresión cotidiana, no es así como me siento. Y si alguna vez hubo alguien más, ese alguien más me dijo que así era yo todos los días. Imposible... pude haber contestado yo. Imposible, insisto ahora.
Porque ya me he encontrado antes. Y no luzco así para nada. Me ví. Más bien me reconocí. Me distinguí entre todos, me ví y supe que era yo de manera instantánea.
Ahora me pregunto si alguna vez me volveré a encontrar, porque me preocupa, si no he de encontrarme, será posible que pueda existir?.
Como si el espejo lleno de vapor en el baño, después de cada ducha, cada mañana, cada día, fuera una metáfora silenciosa; uno le pasa la palma de la mano para lograr verse, pero es apenas un vistazo... pero algunas contadas veces, uno se ve, se mira y se abraza... pero después se olvida uno de uno mismo.
Las vitrinas caminan en estas calles delante de mí, así como los árboles; la vereda pasa por debajo de mis pies como una interminable cinta gris, tan solo el cielo me acompaña, quieto. Y miro mi cara, mi cuerpo entero reflejado en fugaces superficies brillantes, pero nosé quién es aquella persona que mira al vacío, pues ciertamente, no me está mirando a mí, no me corresponde en ternura, no me devuelve el cariño. Y me pregunto, para qué uno se busca en superficies inertes, cuando uno ni siquiera está en minúsula presencia ahí. Y es cierto, porque lo he sentido. Me he visto unidimensinal en esas paredes transparentes, y tan extraña y lejana me he parecido. Tan lejana a como me imagino. No son esos mis ojos, ni mis piernas, ni mis manos. No es esa mi expresión cotidiana, no es así como me siento. Y si alguna vez hubo alguien más, ese alguien más me dijo que así era yo todos los días. Imposible... pude haber contestado yo. Imposible, insisto ahora.
Porque ya me he encontrado antes. Y no luzco así para nada. Me ví. Más bien me reconocí. Me distinguí entre todos, me ví y supe que era yo de manera instantánea.
Ahora me pregunto si alguna vez me volveré a encontrar, porque me preocupa, si no he de encontrarme, será posible que pueda existir?.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario