17.11.06

La gloriosa perdición


No los conocemos, ni a él, ni a él. No sabemos cómo se llaman estos huachitos, pero seguritamente que los hemos visto por ahí, ya de viejos. Aunque nos hacemos los tontos, los retontos, los recontratontos, sobre todo cuando nos piden nos miran pa arriba. Y con rabia cuando nos miran pa bajo. Los vamos a seguir ignorando porque total pa que le ponemos tanto. Si la vida es así y hasta dios es satánico heavy metal.
Rosseau tenía razón, apuesto que él tuvo caleta de perritos cuando chico.
Me dan penas las gentes amargadas, porque no saben que es sólo tristeza mezcolanzada con rabia. Si es eso nomás, ni que tanto. Y los perros viejos, y las gentes viejas, si son la misma cosa...

No hay comentarios.: