10.11.06

Yo creo que estás sentada en el sitio equivocado


Algunas veces llegan unos ecos por estos lados... no sé de dónde provienen. Algunas veces son tan profundos que interrumpen mi respiración. Algunas veces son tan extraños que ya no tengo razón de existir. Algunas veces son tan bellos que ya no importa si estoy o no, si soyo no, si voy o no, si quiero o no, si creo o no.

La cosa es así, llegó limpia la voz dura y grave de un germana, mas no hay nada de duro y grave en las cosas que dice. A veces está tan oscuro acá arriba, (eso que es de día siempre) que impresionan esas frases claras que iluminan sin brillar. La gente ya se está yendo a sus casas. Ser un planeta de emergencia las 24 horas no tiene regalías. Las habitaciones van quedando vacías, los muebles ya no guardan más que polvo; el único vestigio orgánico que no abandona.
El eco se apaga lentamente, la germana se va lejos... y me queda su sombra dibujando figuras, - en mis párpados - digo yo, - está en mis párpados - Me los refriego para que se queden pegados, para ya es tan tarde, tan tarde para andar inventando historias. El polvo va a hacer desaparecer todo, mejor será ir a barrer.

Acá la noche nunca llega.

No tenemos donde esconderla... por eso se va...

Si alguna vez regresara el eco, yo sabría que hacer. Esa vez sí lo sabría. No me quedaría mirando el polvo flotando en el aire, no me quedaría mirando a los pasajeros marcharse. De repente pienso, me quedaré esperando este eco para el resto de la vida de este planeta. Y tendré un plan tan bueno. Porque tendré todo el tiempo del mundo. Y no voy a fallar.
No podría fallar.


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