MUSA DE LA TRAICIÓN
Está toda amarilla como el sol moribundo allá afuera. La ventana de esta habitación que no es de ella, pero ha sido tantas veces de ella, está tan sucia que el mar parece un terciopelo gastado y triste, azul piedra como a veces se le ponen los pensamientos.
En esta misma habitación se gastó una broma ingenua hace harto tiempo ya...
Cambiaron las sombras y las vestimentas y ella aún no se ha dado cuenta que ese tiempo pasó hace rato. Pero la broma aún reside entre estas paredes... es la más dueña de todo: de la cama, de la silla, de la lámpara, de la cortina y del armario.
Cómo extraña esa otra primavera, ese último día de otro invierno. Esa otra ignorancia, la otra incertidumbre. Su nombre mezclado junto a miles más.
Qué adivinanza no habrá adivinado, qué fue lo que no le enseñaron para que haya quedado tan confundida.
Me pregunto, si yo me la encontrara cara a cara en la vereda, que le diría... de verdad que es un mundo complicado. Frecuentemente la gente sufre por tonteritas, simplemente porque no saben que son tonteritas, pero eso cómo se puede saber... es un mundo complicado.
Y es que ella por dentro guarda imágenes robadas, inventadas y recreadas; porfiada, intentando descifrar mapas que no llevan mas que a países imaginarios. Tantos días abandonados, igual que esas ciudades de catástrofe antigua.
Tal vez sea por la espera, por la espera que la llevó a la promesa, al ideal. Al sueño. Y era tan ingenua que no se dio cuenta que todavía era una niña cuando creyó ser mujer. Y cuando supo que era una niña, se sintió derrotada, porque todo lo que había soñado no encajaba con su realidad. Porque debió haber jugado cuando fue el tiempo de jugar.
Si todo esto fuera cierto, yo la entiendo. Comprendo su mirada desconfiada, mirando su rostro en el espejo mientras ensaya una mueca de sonrisa triste.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario