2.4.16

5:00

No hay huevá que deteste más que estar despierta a las 5 de la mañana con los ojos rogándome que los cierre y no poder hacerlo porque me vienen las furias y las desdichas y me tengo que quedar purgándolo todo, a sabiendas que no quedaré satisfecha porque ya es tan tarde que es temprano y no pienso con claridad y la garganta se me seca y la guata se me hincha y todo lo que quiero es  bajar la cortina e irme caminando lento con el sonido de los aplausos de fondo.
La maldita manía de querer controlar a las bestias. 

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