La gata juega con una banda elástica y el mundo parece caber eterno en esa huincha rota. La sujeta entre sus dos patas y la mordisquea mientras yo me escapo por mi punto ciego hacia recuerdos que no tienen nada que ver con esta tarde soleada, ni con la gata, ni con el juego que guarda entre sus patas. La brisa entra por el balcón y agita sutilmente las pelusas de su pecho. Se mezcla el verde limón con el amarillo miel de sus ojos al aguzar la vista... una mosca, un sonido... algo pasa allá afuera que la hace salir a investigar. Se acaba la distracción.
Seguir creyendo en la magia está requiriendo el máximo de recursos disponibles. Estirar las historias, repasar credos. Ahuyentar miedos semipilucha con un palo en la oscuridad. Imágenes intrusas que se vienen a instalar mientras espero la micro, frases de canciones que aun no se cantan. Seguir analizando los estados mentales no es prioridad ya. Los cambios de humor barnizados ordenaditos sobre mi estante, junto a miles de estatuas de barro. Caras en un álbum viejo, recortes de pasajes cotidianos. El diario vivir pasado por cloro, culpas salpicadas de sangre, angustias caramelizadas. Dolor de guata. Giro la cabeza un poco y se me van las ideas por el caño.
La gata regresa y viene a echarse sobre mi regazo. La vida nunca se queda quieta en un rincón.
Seguir creyendo en la magia está requiriendo el máximo de recursos disponibles. Estirar las historias, repasar credos. Ahuyentar miedos semipilucha con un palo en la oscuridad. Imágenes intrusas que se vienen a instalar mientras espero la micro, frases de canciones que aun no se cantan. Seguir analizando los estados mentales no es prioridad ya. Los cambios de humor barnizados ordenaditos sobre mi estante, junto a miles de estatuas de barro. Caras en un álbum viejo, recortes de pasajes cotidianos. El diario vivir pasado por cloro, culpas salpicadas de sangre, angustias caramelizadas. Dolor de guata. Giro la cabeza un poco y se me van las ideas por el caño.
La gata regresa y viene a echarse sobre mi regazo. La vida nunca se queda quieta en un rincón.
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