Quieren que sea feliz nomatterwhat, que conserve mi estilo, que me lo tome con sentido del humor.
No saben que yo me tomé todo el sentido del humor. Hasta la última gota. Me emborraché de humor. De todos los humores.
Quieren que sepa. Que entienda. Que sienta. Que siga. Que permanezca. Quequéqueque.
Se negaron a ser mis amigos, pero quieren que sea feliz. Pero a mí eso ya no me importa nada mucho.
Mañana, ayer, hoy. El otro año, hace mucho tiempo, algún día, unas semanas atrás, en la tarde. Altiro.
A veces.
Y el mundo sigue dando vueltas, excéntricas según yo, pero nadie me cree. Da lo mismo casi todo. Las flores siguen abriéndose y los gatos siguen siendo gatos. Antes los odiaba y ahora los quiero. A casi todos. Y no he cambiado. Es que sólo hay momentos en los que he subido más el contraste, eso es todo, me he desenfocado un poco, he perdido el brillo y qué. Luego luego todo pasa. Todo. Hay muchos consejos dando vueltas por ahí. Flotando en el aire, chocando entre sí como moscas atontadas por el calor, tengo que espantarlos a cada rato y convencerlos de que estoy bien. Realmente yo estoy bien acá. Estoy conmigo celebrando las huelgas en mi cabeza, condecorando sentimientos por una vida de logros. Clausurando la fábrica de rompecabezas. Demoliendo las vitrinas, liberando a las bestias.
La luz me que me llega de afuera es tan bonita, hace que mis mejillas se pongan rosadias, hace que mi espíritu se ponga rosadio. Carnecruda rosadio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario