Este otro es para ti.
Me quedó tosco porque lo hice en el recreo. Me quedaban pocos materiales. Pero la intención es lo que cuenta.
"Me acuerdo cuando descubrí que los doblones
eran fracs cubiertas de chocolate.
Me acuerdo cuando descubrí donde Don Agustín
que existía esa barra gigante
¡que costaba 500!
Era pura manteca de cacao
con arroz inflado marca Calaf.
En el kiosko del Chago vendían esas tiras de manjarcitos con una nuez arriba.
Cuando mi papá iba a comprar el diario, a veces, le ponía ojos de cachorro y me compraba uno.
Me acuerdo que vendían también helados Chupetino.
Siempre fui la reina de la marca punga.
Y las pastillas Pololeo que eran como unos éxtasis vírgenes, junto con las Violetas y los Sueños Dorados que me cargaban porque me partían la lengua.
Me acuerdo de todo esto porque me embarga la nostalgia
me aprieta el pecho la certeza que estamos tan lejos de esas veredas
me consume la idea de saber que ya se acabó.
Tocan la campana, todos pa' dentro.
Antes de que cierren la puerta volteo la cabeza una última vez.
Allá a lo lejos logro disntiguirme sacándome los pedazos de calugones Kegol de las muelas"
Me quedó tosco porque lo hice en el recreo. Me quedaban pocos materiales. Pero la intención es lo que cuenta.
"Me acuerdo cuando descubrí que los doblones
eran fracs cubiertas de chocolate.
Me acuerdo cuando descubrí donde Don Agustín
que existía esa barra gigante
¡que costaba 500!
Era pura manteca de cacao
con arroz inflado marca Calaf.
En el kiosko del Chago vendían esas tiras de manjarcitos con una nuez arriba.
Cuando mi papá iba a comprar el diario, a veces, le ponía ojos de cachorro y me compraba uno.
Me acuerdo que vendían también helados Chupetino.
Siempre fui la reina de la marca punga.
Y las pastillas Pololeo que eran como unos éxtasis vírgenes, junto con las Violetas y los Sueños Dorados que me cargaban porque me partían la lengua.
Me acuerdo de todo esto porque me embarga la nostalgia
me aprieta el pecho la certeza que estamos tan lejos de esas veredas
me consume la idea de saber que ya se acabó.
Tocan la campana, todos pa' dentro.
Antes de que cierren la puerta volteo la cabeza una última vez.
Allá a lo lejos logro disntiguirme sacándome los pedazos de calugones Kegol de las muelas"
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