No es un buen momento hoy. Por un momento no estaba aquí. Estaba borracha en una fantasía, encerrada. Tu sombra invisible en un rincón, roja como la imagino siempre. Y luego, nada. La música. Fundida en un soplo de melodía como envuelta en un terciopelo negro. Ahí quieta yo, habitándome. Hace cuánto que no vivo en mí... pareciese que así fuera, que no hago más que estar constantemente acarreándome entre mis pensamientos. Hay gente que sabe tan bien lo que quiere. Yo nunca. Mi pecho está huesudo ya, casi se puede palpar el corazón. Piel y hueso, carne y pulso. Ahí estoy, falta de amor. A tientas en la tormenta minúscula que me fabriqué, palpando el aire, haciendo piruetas como el enano de la infanta. En la sublime ignorancia, sin saber más del mundo. Cada cual con su misterio, con su fantasía propia. A veces el mundo me supera, me estruja y me devuelve seca, estéril. En algún minuto me superó el pánico. Me carcomió la pena. El miedo a no ser la mejor, a batallar y caer antes de que comenzara la guerra, a darme cuenta que no hay conflicto alguno. El mundo me superó y me sumí en el caos, me apagué lentamente, dejé la llama en piloto. Un torrente de emociones me sobrecoge y me da vuelta. Es imposible describir lo que siento, las palabras no alcanzan, no hay dedos capaces de ponerse al día con tanto sentir. Soy un punto, sin conectar.
23.1.16
Devolverse.
No es un buen momento hoy. Por un momento no estaba aquí. Estaba borracha en una fantasía, encerrada. Tu sombra invisible en un rincón, roja como la imagino siempre. Y luego, nada. La música. Fundida en un soplo de melodía como envuelta en un terciopelo negro. Ahí quieta yo, habitándome. Hace cuánto que no vivo en mí... pareciese que así fuera, que no hago más que estar constantemente acarreándome entre mis pensamientos. Hay gente que sabe tan bien lo que quiere. Yo nunca. Mi pecho está huesudo ya, casi se puede palpar el corazón. Piel y hueso, carne y pulso. Ahí estoy, falta de amor. A tientas en la tormenta minúscula que me fabriqué, palpando el aire, haciendo piruetas como el enano de la infanta. En la sublime ignorancia, sin saber más del mundo. Cada cual con su misterio, con su fantasía propia. A veces el mundo me supera, me estruja y me devuelve seca, estéril. En algún minuto me superó el pánico. Me carcomió la pena. El miedo a no ser la mejor, a batallar y caer antes de que comenzara la guerra, a darme cuenta que no hay conflicto alguno. El mundo me superó y me sumí en el caos, me apagué lentamente, dejé la llama en piloto. Un torrente de emociones me sobrecoge y me da vuelta. Es imposible describir lo que siento, las palabras no alcanzan, no hay dedos capaces de ponerse al día con tanto sentir. Soy un punto, sin conectar.
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