Quisiera guardarte en esta cajita
como un recuerdo infantil de verano
junto con los trebolitos de 4 hojas
las esquelas perfumadas que nunca usé
y los sentidos que se durmieron profundo.
Quisiera ponerte una corona y una capa
sentarte en un trono de algodones
y leerte esa larga carta
con todas las listas de cosas
que nunca te regalé.
Enseñarte las mañanas que te tenía
y las tardes que alguna vez junté
todas ordenadas por color
todas las noches que nunca te entregué
también ahí guardadas en un sobre
para que las mires cuando te sientas solo
o aburrido de ver tu reflejo
abandonado en la ventana de tu habitación.

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