3.3.16

Crudo



En este proceso crudo de dejar de amar se me pasaron todas las palabras por cloro, todo el cloro que tenía aconchado en el fondo del alma. Y ya no puedo contar nada, este discurso, estas oraciones blandas no dicen nada. Este estado profundo de ser extrañamente no sabe a nada, no huele a nada, es ahora una blanca sábana el alma. Es que no funciono más que con palabras y con acciones o al menos eso parecía. 
Antes de saber quién era, si es que acaso sé quién soy ahora, podía afirmarme en los sonidos de mi soliloquio. Podía avergonzarme de mis conclusiones, podía averiguarme, contenerme, bloquearme. Podía especularme y analizarme hacia todas las direcciones. Estirar la voz, el concepto y la idea hasta conseguirme. Ahora no me veo, no me sé, no me hablo, no me siento. No me tengo. 

Tengo que re-escribirme toda, llenarme de significado o morir. 


Si sigo en esta carretera contando paraderos no me voy a encontrar jamás. Si sigo buscando mi reflejo en una ventana ajena me llevará el silencio, se acomodará en mi pecho y no volveré a decir ni una palabra más. No escucho más que suspiros y murmullos. Fantasmas de oraciones que escupí hace tanto tiempo ya... o acaso será que el discurso no hizo más que atropellar lo que tenía adentro, no hizo más que mutilar los gestos, las emociones?
Será tal vez que la blanca sábana deba ser rasgada una vez y otra vez, será que las frases colapsaron, que la elocuencia se descalibró, que las razones caducaron y ahora y hasta quizás cuándo no sea yo depositaria de ninguna clase de balance, de ningún tipo de coherencia. Será acaso que las palabras ya no son flechas ni balas, pero meras pelusas flotando en el aire, sin sentido alguno? Qué sera de mí ahora... sin siquiera poder articular un diálogo interno.
Me dicen los que sobrevivieron que tendré que rajar la blanca sábana y dejar que se apodere el sentimiento. O morir.


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