10.3.16

Ruda


El aguita de ruda nunca ha sabido mejor
que se vayan todos con ella
que se vayan los demonios blandengues
con su lengua sosa
con su tono lacio
con sus insultos sordos.
El mundo se encogió esa mañana
la puerta se hizo más estrecha
los pies se me congelaron
la música se avinagró
las veredas languidecieron.
No me compares con otra
no me digas que sueno a tal o cual
no me digas que te recuerdo a alguien
no me busques en tu memoria
no soy un tesoro a contemplar.
Afuera hay un funeral
el día gris nos compele a olvidar
nos conmina a dejar todo atrás.
Las horas se detienen
la mirada recae en viles reflejos
tuyos, míos, de otros
viles reflejos atrapados
en las ventanas vecinas
en los parabrisas sucios
en las especulaciones ajenas.
El aguita corre por mis carnes
se lleva todo con ella
el sueño interrumpido
y la larga pena.

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