Y cuando menos los esperaba, ¡pum! -no he cambiado nada-
Cuando era niña y amaba como niña, creía en todas las fantasías, en todos los cuentos de terror, en todas las promesas. Creía en todos, creía en la maldad también, creía en la mentira, creía en la tristeza. Y un día vinieron los años, todos los años juntos y me encontré bailando sola, me encontré en una playa desierta, me encontré en un montón de calles, me encontré bajo muchas lunas, hasta que me encontré frente a ti. Entonces me di cuenta que yo existía. Y por un momento me perdí. Me perdí de la vista de todos, me perdí de todas las fantasías y de todos los cuentos de terror, de las mentiras, de la tristeza. Fui.
Pero las estaciones comenzaron a pasar muy rápido y muy lento a la vez.
A ver, es bien difícil escribir bajo ciertas circunstancias. En este preciso momento he perdido el hilo. Se me está desarmando el texto desde el centro... y todos los bordes están deshilachados. Es difícil mantener la concentración y la calma cuando todo lo que se quiere es incendiar... incendiarlo todo. Yo intento encontrarme un poco cada vez, en cada palabrita de cada frase. Es difícil congeniar el estilo y los sentimientos, cuando todo lo que uno quiere es darle una buena patada en el culo a la vida misma.
Quiero ir a recorrer todos los lugares que fueron nuestros alguna vez, tomarlos y donarlos al ejército de salvación. Al capitán de ese ejército yo le diría: -mire mi capitán, tengo esta tremenda cantidá de weás acá. A ver a lo mejor le sirven a usted. Hay de todo, hay plazas, hay ríos, hay paisajes completos, algunos un poco borrosos, pero sirven igual. Tengo... uf! infinidá de calles. Cómo no le van a servir a alguien. Alguno de sus salvados, alguno de sus soldados. Tengo cielos para todos los gustos, tengo lluvia, mar, sol. Recíbamelos, se lo ruego-
Ya no estabas frente a mí. Se callaron todos los perros, se cerraron todas las persianas. Se acabó el tiempo, pero yo no había cambiado nada. Seguía amando como cuando era niña. Seguía creyendo en todos, seguía invocando fantasías, seguía murmurando tristezas.
No... no me gusta nada. No es posible explicar con palabras, con oraciones elocuentes, no es posible explicar con tan básico y pobre vocabulario el estado de las cosas. El estado del alma, el preciso estado médico del alma. Es infructuoso y doloroso dar forma a un fondo tan profundo y denso, al cual ni yo tengo permitido el ingreso. Pero es cierto lo de la niña. Porque esta cabra sigue amando como cuando era niña, sigue sintiendo como cuando era niña, es verdad que no ha cambiado nada. Es la única certeza, es lo único que Es. Está complicada la cosa.
De alguna forma me perdí de todo menos de ti. Me perdí las fiestas, las celebraciones, los funerales, los nacimientos. Perdí todo, los gestos, los roces, los besos. Perdí todo menos a ti. Hoy nos vamos felices de este pueblo, mis pasajeros y yo nos vamos felices de este pueblo, cantando, bailando. Los cielos azules eléctricos, los soles amarillo limón, las montañas se encaraman unas sobre otras y yo nunca había sido tan alta. Como una giganta saltando sobre ellas como si fueran de cartón piedra. Quiero hacer una fiesta, quiero que estén todos. Es la despedida.